Oasis es realmente una pasión popular en la Argentina o tan solo un grupo más del engranaje marketinero de la industria del entretenimiento global?
El próximo domingo, los hermanos Gallagher irán por su bravuconada más grande en estas tierras: en su cuarta visita a Buenos Aires en diez años, intentarán llenar el estadio de River Plate y coronarse así con el título de "visitantes ilustres" como ya lo hicieron artistas de extensa trayectoria que colmaron el estadio de Núñez, como The Rolling Stones, Madonna, U2, The Police o The Ramones.
¿El grupo de rock británico más grande de Gran Bretaña de los últimos quince años logró penetrar finalmente con sus canciones de manera masiva en los argentinos tal como lo hicieron en el Primer Mundo, donde llevan vendidas más de 50 millones de copias de sus discos?
¿El grupo de rock británico más grande de Gran Bretaña de los últimos quince años logró penetrar finalmente con sus canciones de manera masiva en los argentinos tal como lo hicieron en el Primer Mundo, donde llevan vendidas más de 50 millones de copias de sus discos?
Los afiches que empapelan los escaparates porteños para anunciar su concierto en River parecen responder con un rotundo sí a la pregunta. Mucho más si se tiene en cuenta la particular relación que los hermanos Liam y Noel Gallagher han construido con el país desde hace una década, un trabajo de hormiga (y estratégico marketing) que los llevó visita tras visita a superar sus propios horizontes de convocatoria: dos Luna Park para un total de 10.000 personas en 1998; un show en el Campo Argentino de Polo para 20.000 jóvenes en 2001, en el marco de un festival con otros artistas internacionales, y en el mismo lugar, pero con Oasis como único protagonista de la jornada, ante 40.000 fanáticos del grupo en 2006.
Para entonces la popularidad de la banda en la Argentina llamó la atención de la revista especializada Q , una de las más importantes de la escena británica, y junto con ellos viajaron un periodista y un fotógrafo para cubrir "el fenómeno Oasis", con una imperdible sesión fotográfica en las inmediaciones de La Boca incluida. "Es difícil explicar el fenómeno Oasis a menos que lo veas por tu propia cuenta. No puedo hablar por el periodista de la Q que viajó con nosotros a Buenos Aires, pero creo que él estaba agradablemente sorprendido por lo que vivió en aquellos días", dijo Noel a LA NACION en octubre de 2006. "La Argentina es un lugar especial para nosotros y hay pocas ciudades en el mundo que se asemejen a Buenos Aires, quizás algunas italianas, no muchas más: el público está totalmente loco y ama el fútbol tanto como nosotros", concluyó.
¿Alarma o promoción?
Cuando un mes atrás la banda anunció en su MySpace que volvería a actuar en el país, esta vez, según sus palabras, en "el icónico y más grande estadio de fútbol de la Argentina, donde se desarrolló la Copa Mundial de 1978", no fueron pocos los que pensaron que la apuesta podía ser mayor que las fichas que los Gallagher tenían en sus manos.
Para colmo, la semana pasada sonó la alarma general: "Las entradas para el concierto aún no se vendieron como esperábamos", se rumoreaba en los pasillos de la productora local. Un día después, Mario Pergolini se hizo eco de una información de dudosa procedencia en su programa radial Cuál es? y disparó con sensacionalismo: "El show en Buenos Aires sería el último de Oasis".
Detrás llegaron los cables noticiosos con las acostumbradas frases de los hermanos macana del rock británico: que entre ellos ya no se hablan; que Liam nunca conoció al último hijo de Noel, de 19 meses; que la banda se tomará un descanso; que esto no da para más, y más y más y más.
Hasta ayer, ya se habían vendido alrededor de 40.000 tickets para el show del domingo y nadie augura algo parecido a un fracaso.
La estrategia promocional de la separación de los grupos de rock no es novedosa desde que existen los mismísimos Rolling Stones, pero los Gallagher la han llevado un paso más allá, con viscerales peleas que en ocasiones terminaron a los puños, sin por ello dejar de ser un movimiento marketinero: "Cuando la compañía discográfica editó el disco de grandes éxitos, en 2006, a los de Sony se les ocurrió que podía ser una buena idea anunciar que nos estábamos separando, pero juro que nosotros no tuvimos nada que ver", sostuvo Noel un par de años atrás.
Sea honestidad brutal o plan milimétricamente calculado, lo cierto es que Oasis hizo muy bien su trabajo al sur de América durante la última década. Vinieron por primera vez al país en 1998, en uno de los puntos más elevados de su carrera (acababan de editar su tercer álbum, Be Here Now , sucesor de los megaexitosos Definitely Maybe y ( What´s The Story) Morning Glory? ; repitieron la experiencia tres años más tarde, donde compartieron cartel con su idolatrado Neil Young, para presentar su álbum Don´t Believe The Truth ; su última visita no sólo contó con un show para 40.000 fans, sino que hasta dedicaron todo un día para firmar autógrafos en Musimundo (algo impensable para un par de gruñones como los Gallagher), y, en estos diez años, concedieron con respeto profesional decenas de entrevistas para medios argentinos cada vez que se editaba uno de sus discos o se anunciaba una nueva visita (esta vez, Noel prometió hablar con LA NACION cara a cara, horas antes del show del domingo).
Entonces, ¿los Gallagher son o se hacen los populares en la Argentina? Así las cosas, lo más probable es que el domingo haya un nuevo nombre para rubricar en la exclusiva lista de artistas que colmaron la capacidad del estadio de Núñez y los Oasis sumen un país más en ese juego que se juraron ganar en cuanto subieron por primera vez a un escenario: conquistar el mundo.
Para agendar
Oasis, los británicos presentarán su álbum Dig Out Your Soul, con los locales Estelares, Mole y Los Tipitos como teloneros.
Estadio River Plate, F. Alcorta y Udaondo, a las 21 (apertura de puertas a las 16). Entradas, desde $ 90.
Para entonces la popularidad de la banda en la Argentina llamó la atención de la revista especializada Q , una de las más importantes de la escena británica, y junto con ellos viajaron un periodista y un fotógrafo para cubrir "el fenómeno Oasis", con una imperdible sesión fotográfica en las inmediaciones de La Boca incluida. "Es difícil explicar el fenómeno Oasis a menos que lo veas por tu propia cuenta. No puedo hablar por el periodista de la Q que viajó con nosotros a Buenos Aires, pero creo que él estaba agradablemente sorprendido por lo que vivió en aquellos días", dijo Noel a LA NACION en octubre de 2006. "La Argentina es un lugar especial para nosotros y hay pocas ciudades en el mundo que se asemejen a Buenos Aires, quizás algunas italianas, no muchas más: el público está totalmente loco y ama el fútbol tanto como nosotros", concluyó.
¿Alarma o promoción?
Cuando un mes atrás la banda anunció en su MySpace que volvería a actuar en el país, esta vez, según sus palabras, en "el icónico y más grande estadio de fútbol de la Argentina, donde se desarrolló la Copa Mundial de 1978", no fueron pocos los que pensaron que la apuesta podía ser mayor que las fichas que los Gallagher tenían en sus manos.
Para colmo, la semana pasada sonó la alarma general: "Las entradas para el concierto aún no se vendieron como esperábamos", se rumoreaba en los pasillos de la productora local. Un día después, Mario Pergolini se hizo eco de una información de dudosa procedencia en su programa radial Cuál es? y disparó con sensacionalismo: "El show en Buenos Aires sería el último de Oasis".
Detrás llegaron los cables noticiosos con las acostumbradas frases de los hermanos macana del rock británico: que entre ellos ya no se hablan; que Liam nunca conoció al último hijo de Noel, de 19 meses; que la banda se tomará un descanso; que esto no da para más, y más y más y más.
Hasta ayer, ya se habían vendido alrededor de 40.000 tickets para el show del domingo y nadie augura algo parecido a un fracaso.
La estrategia promocional de la separación de los grupos de rock no es novedosa desde que existen los mismísimos Rolling Stones, pero los Gallagher la han llevado un paso más allá, con viscerales peleas que en ocasiones terminaron a los puños, sin por ello dejar de ser un movimiento marketinero: "Cuando la compañía discográfica editó el disco de grandes éxitos, en 2006, a los de Sony se les ocurrió que podía ser una buena idea anunciar que nos estábamos separando, pero juro que nosotros no tuvimos nada que ver", sostuvo Noel un par de años atrás.
Sea honestidad brutal o plan milimétricamente calculado, lo cierto es que Oasis hizo muy bien su trabajo al sur de América durante la última década. Vinieron por primera vez al país en 1998, en uno de los puntos más elevados de su carrera (acababan de editar su tercer álbum, Be Here Now , sucesor de los megaexitosos Definitely Maybe y ( What´s The Story) Morning Glory? ; repitieron la experiencia tres años más tarde, donde compartieron cartel con su idolatrado Neil Young, para presentar su álbum Don´t Believe The Truth ; su última visita no sólo contó con un show para 40.000 fans, sino que hasta dedicaron todo un día para firmar autógrafos en Musimundo (algo impensable para un par de gruñones como los Gallagher), y, en estos diez años, concedieron con respeto profesional decenas de entrevistas para medios argentinos cada vez que se editaba uno de sus discos o se anunciaba una nueva visita (esta vez, Noel prometió hablar con LA NACION cara a cara, horas antes del show del domingo).
Entonces, ¿los Gallagher son o se hacen los populares en la Argentina? Así las cosas, lo más probable es que el domingo haya un nuevo nombre para rubricar en la exclusiva lista de artistas que colmaron la capacidad del estadio de Núñez y los Oasis sumen un país más en ese juego que se juraron ganar en cuanto subieron por primera vez a un escenario: conquistar el mundo.
Para agendar
Oasis, los británicos presentarán su álbum Dig Out Your Soul, con los locales Estelares, Mole y Los Tipitos como teloneros.
Estadio River Plate, F. Alcorta y Udaondo, a las 21 (apertura de puertas a las 16). Entradas, desde $ 90.
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